En la primaria los niños aprenden sintiendo, por lo que el contenido se presenta a través de imágenes y narraciones, usando como herramientas las artes, la observación y la experimentación.
Desde la pedagogía Waldorf se cree que la expresión artística, el movimiento y el lenguaje bello son las maneras más efectivas de llegar al niño. Su bienestar físico, emocional, espiritual y académico es el núcleo de la enseñanza y se promueve a través de un programa educativo centrado en la práctica. Las materias son abordadas desde el conocimiento vivo e imaginativo antes de ser llevadas a la abstracción.
A partir de los 7 años, el niño desarrolla una nueva y activa vida de imaginación, al mismo tiempo que una mayor disposición para el aprendizaje en sentido formal y el pensamiento lógico. En la escuela, el estudiante siente interés genuino por experimentar a través de las diferentes materias y actividades. Está listo para reconocer en su maestro una autoridad respetada, quien a través de su vínculo con el alumno y su autoeducación, creará un espacio de confianza para acompañarlo en sus procesos y transformaciones. El maestro es el responsable de guiar a los niños a través de descubrimientos que puedan ser integrados por ellos como experiencias completas y profundas, combinando conocimiento y acción. El contenido académico emerge de la vida real e imaginativa que el maestro cultiva en los niños dentro de un entorno lleno de belleza natural y arte.
El maestro de grado es el encargado de la clase principal, la cual se imparte las primeras dos horas e incluye contenidos como matemáticas, escritura, dibujo de formas, lectura, ciencias, y dependiendo del grado, zoología, historia, geografía, geometría, agricultura,
mitologías y mucho más. Después de este periodo toman su lunch y un receso. Posteriormente, tienen clases complementarias tales como manualidades, acuarela, huerto, música, idiomas y movimiento. El día cierra con un momento de práctica para reforzar lo aprendido en la clase principal.